Barreto Abogados

A partir de este sexenio cuando entró la 4T, el gobierno federal se ha dado a la tarea de acosar a empresas de diferentes sectores, como es la fabricación de alimentos, elaboración de medicamentos, consultorios médicos y dentales, spas, clínicas de belleza, empresas de cualquier sector que involucre el uso de algún químico como es l automotriz, en fin, sus facultades le han crecido como tentáculos de pulpo, y un pulpo muy peligroso que puede llevar a cualquiera de las aquí mencionadas al cierre de actividades definitivo o a pagar multas desproporcionadas y ridículas.

Siempre ha existido la Secretaria de Salud quien a travez de una comisión dependiente de esta secretaria se encarga de vigilar a los diferentes sectores que puedan representar un riesgo para la población, desde una simple visita a un spa hasta el consumo de un medicamento, y es precisamente este órgano llamada Cofepris quien se encarga de “vigilar” a todas estas empresas.

El punto a criticar no es la existencia de esta comisión ni sus funciones, el punto a criticar es que se ha convertido en la caja chica del gobierno federal mediante las suspensiones e imposiciones de multas millonarias que son imposibles de pagar. No importa el tamaño de la empresa, la suspensión de actividades laborales es una violación a una de las garantías individuales, pero desafortunadamente el amparo no protege el derecho al trabajo cuando desde el punto de vista del juez, el otorgamiento de la suspensión de un acto de autoridad como en este caso, no es viable ya que va en contra de los intereses de la colectividad.

Lo que no se observa al darle facultades a Cofepris es que se debería observar la gravedad del incumplimiento y el daño objetivamente que se podría causar a la población, es decir, si estamos hablando de un laboratorio que fabrica un medicamento el cual puede causar un daño a la población, evidentemente se debe detener la fabricación y coordinar el retiro de todo el producto del mercado y del sector salud, pero si estamos hablando que una planta que fabrica galletas, que no cuenta con lineas en el piso para dividir zonas bien delimitadas en la planta, se debería observar y obligar a subsanar, mas no la suspensión de actividades de la fabrica de galletas.

La otra realidad es que los visitadores y el personal que tiene Cofepris es limitado, en consecuencia, si alguien es suspendido por esta comisión, numero uno no puede trabajar hasta que se retiren los sellos de suspensión impuestos, no obstante, sin recursos ya que no puede trabajar, debe subsanar todo lo marcado por Cofepris y posteriormente pagar la multa pecuniaria que se le imponga, como si el dejar de trabajar para una empresa en este Mexico actual, no fuera mortal, literal un tiro a la cabeza, porque la realidad es que para que legalmente se retiren los sellos y la empresa pueda volver a trabajar, pasaran 6 meses para que le hagan el favor de visitarlo nuevamente para verificar que ha subsanado todo lo indicado en la visita inicial y a criterio del segundo visitador se retiraran los sellos.

Al dar tantas facultades a Cofepris, la realidad es que los visitadores llegan como dicen coloquialmente con la espada de desenvainada con el objetivo de extorsionar, negociando la no imposición de sellos por una buena cantidad en efectivo para ellos y sus jefes, digamos, dinero por fuera, dejando para las arcas del gobierno la multa que será impuesta.

El empresario, al temor de quedar imposibilitado de laborar, pago dichas cantidades que se exigen como extorsión y ruega a Dios por contar con los recursos para pagar la multa.

¿Quien esta siendo beneficiado en realidad? ¿El empresario, los consumidores o el gobierno federal, los visitadores y sus jefes?

Después de leer este articulo son ilegal o legales las visitas de COFEPRIS, conforme a derecho lo son, mas no son justas, por consiguiente en mi opinión son ilegales y por consiguiente combatibles mediante los recursos que tenemos en materia administrativa.

Somos pocos los abogados que hemos recibido estas visitas hostigadoras y sabemos salir por así decirlo, sin agacharle la cabeza a nadie.

Benjamin Barreto

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *